Un estudio estableció la cantidad de actividad física mínima para evitar la hipertensión

La hipertensión es una preocupación creciente en todo el mundo. Llamada el "asesino silencioso", esta condición afecta a miles de personas y si no se controla puede llevar a graves problemas cardíacos. Pero la buena noticia es que hay estrategias simples que pueden protegernos y sin esforzarnos demasiado como el ejercicio. Un nuevo estudio definió cuál es la cantidad mínima de actividad que necesitamos para proteger la salud cardíaca.

Investigadores liderados por la epidemióloga Kirsten Bibbins-Domingo de la Universidad de California, San Francisco (UCSF) notaron algo importante: aunque muchos inician su vida siendo activos, la tendencia es a disminuir el ejercicio en la mediana edad, lo que eleva el riesgo de hipertensión. La investigación, que siguió a más de 5.100 adultos en EE. UU. durante tres décadas, arrojó resultados claros sobre el vínculo entre la actividad constante y la salud arterial.

El mínimo de actividad necesaria

Los hallazgos del estudio publicado American Journal of Preventive Medicine y citados por Earth.com definieron que quienes se mantuvieron activos de forma consistente tuvieron mejores lecturas de presión arterial. Específicamente, dedicar cinco horas de ejercicio moderado a la semana redujo significativamente las probabilidades de desarrollar presión alta. Es una cifra que duplica las recomendaciones actuales para adultos (150 minutos, es decir, 2.5 horas semanales).

Jason Nagata, experto en medicina para adultos jóvenes de la UCSF, enfatizó: "Lograr al menos el doble de las pautas mínimas actuales para adultos puede ser más beneficioso para la prevención de la hipertensión que simplemente cumplir con las pautas mínimas". Actividades tan sencillas como caminar a paso ligero, nadar o andar en bicicleta ayudan al cuerpo a regular los vasos sanguíneos y las hormonas del estrés, manteniendo el sistema cardiovascular estable. Este esfuerzo, por pequeño que parezca, tiene un impacto medible.

Impacto real y barreras en tu salud

El estudio confirmó que el ejercicio regular disminuyó la presión arterial sistólica en un promedio de 3.5 mmHg en adultos sanos y en 5.5 mmHg en aquellos con enfermedades relacionadas con el estilo de vida, incluida la hipertensión. Incluso estas pequeñas reducciones son cruciales, ya que pueden disminuir drásticamente el riesgo de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Es, sin duda, una inversión invaluable en tu bienestar a largo plazo.

Sin embargo, el estudio también destacó importantes diferencias sociales y raciales en los patrones de actividad física. La disminución de la actividad es más pronunciada y temprana en hombres y mujeres negros en comparación con los blancos. Por ejemplo, para los 45 años, las mujeres negras ya superaban a los hombres blancos en la cantidad de casos de hipertensión.

Obstáculos y la importancia de la constancia

Existen obstáculos reales que dificultan mantenerse activo a lo largo de los años: turnos de trabajo, barrios inseguros, falta de acceso a espacios verdes y el tiempo limitado, especialmente en comunidades desatendidas. Al respecto, la epidemióloga Bibbins-Domingo señaló que: "Los adolescentes y las personas de veintitantos años pueden ser físicamente activos, pero estos patrones cambian con la edad".

Las oportunidades de moverse suele disminuir tras la escuela secundaria, cuando las responsabilidades de la vida cotidiana se interponen. Por ello, los investigadores subrayan que es fundamental que los mensajes sobre estilos de vida activos continúen a lo largo de toda la vida. Mantener una rutina de ejercicio, aunque demande planificación, es la clave para proteger tu corazón, mantener tus vasos sanguíneos flexibles y reducir el impacto del estrés crónico.