En su primer encuentro oficial en Roma, el presidente Javier Milei obsequió al papa León XIV una serie de regalos imbuidos de significado cultural, religioso e incluso un toque de sabor argentino. Más allá de un gesto protocolario, cada presente buscó conectar con la historia personal del Sumo Pontífice y resaltar el patrimonio argentino.
Entre los obsequios más destacados se encuentra una teca artesanal de plata 900, destinada a albergar hostias consagradas. La pieza, un delicado trabajo de orfebrería, presenta el escudo papal en relieve con detalles en oro, adornado con una guarda tallada de flores de ceibo, símbolo nacional argentino.
Recordando la visita que el entonces cardenal realizara a Catamarca, Milei le entregó también un poncho de vicuña artesanal, tejido en esa provincia.
Galletas de limón
Pero no todo fue arte sacro e historia. El presidente argentino añadió un toque hogareño con una selección de productos nacionales: una caja de conitos de dulce de leche, galletitas de limón y un frasco del tradicional dulce de leche.
Un regalo particularmente significativo fue un documento histórico sobre la Orden de San Agustín en Argentina, que data de la fundación del Convento de San José en 1642 en San Juan, el primer establecimiento de esta orden religiosa en el país. El documento menciona a dos figuras clave de la orden nacidas en territorio argentino: Andrés de Lemos del Pozo Silva y su hermano Pedro.
Además, el libro "San Agustín de Hipona: su iglesia en Buenos Aires", del sacerdote español Pablo Hernando Moreno, miembro de la Orden, completó los obsequios. El volumen combina fotografías y descripciones de la iglesia de San Agustín, ubicada en la avenida General Las Heras en Buenos Aires. Un regalo que seguramente evocará recuerdos y profundizará la conexión del Papa Francisco con su tierra natal.