La quema de caña ya no tiene justificación técnica ni productiva en la provincia

La quema de caña ya no tiene justificación técnica ni productiva en la provincia

Incidencia de la tecnología, el uso de caña verde y la conservación del rastrojo.

07 Junio 2025

En todas las zafras azucareras, la presencia del frío invernal y posteriormente la falta de lluvias hicieron que las plantaciones de caña fueran propensas al fuego. Si bien la quema de cañaverales o cualquier tipo de vegetación se encuentra prohibida por una ley desde 2004, parece ser un problema muy difícil de resolver.

La quema se utilizaba tiempo atrás en Tucumán como práctica de pre-cosecha para limpiar los campos y disminuir los contenidos de “trash” que se llevaban al ingenio. Con el tiempo y los avances tecnológicos, esta práctica se fue paulatinamente eliminando y hoy es muy difícil encontrar un productor que justifique el uso del fuego en su campo.

Esto se debió a que las cosechadoras modernas, con las que se recolecta prácticamente el 98% de la caña en Tucumán, no requieren el uso del fuego para limpiar la caña; más aún, funcionan y están concebidas para trabajar con “caña verde”.

Además, tanto en Tucumán como en casi todos los países cañeros, el uso de rastrojo como cobertura sobre el suelo (lo que queda después de la cosecha en verde) mostró ser una herramienta fundamental para contrarrestar los efectos de la sequía. En el caso de Tucumán, el 90% de la caña se cultiva sin riego. Esa acción también disminuye el efecto de malezas anuales y, por lo tanto, reduce el uso de herbicidas, como así también protege al suelo contra la erosión y mejora la fertilidad del mismo, entre otros efectos benéficos.

Por otro lado, la caña quemada en pie comienza a sufrir un deterioro desde el momento en que se prende fuego, el cual se acelera con las altas temperaturas (que son muy frecuentes en los meses de agosto y septiembre) y hace que el rendimiento en azúcar de la caña quemada sea muy inferior a la caña cosechada en verde.

Por todo esto, ha quedado claro que el productor cañero no se beneficia desde ningún punto de vista por la quema de caña en pie, ni por la quema de rastrojos.

Medidas

El productor debe hacer todo lo que se encuentre a su alcance para evitar que se quemen los campos con caña de azúcar. Por lo tanto, es necesario que tome todos los recaudos necesarios, con el fin de evitar cualquier riesgo de fuego en su plantación, tomando algunas medidas de precaución.

Debe rastrear y mantener limpios los callejones y perímetros de los campos.

Si el terreno se encuentra sobre una ruta o camino transitado, limpiar las banquinas o hacer cortafuegos que impidan que las llamas generadas en las banquinas lleguen a la planta.

Debe mantener limpias las acequias y los alambrados.

Debe preparar cortafuegos en el rastrojo una vez cosechada la caña.

En caso de ser posible, tener preparado un tanque con agua que permita la extinción de pequeños focos de fuego.

Tener carteles con teléfonos útiles (Defensa Civil –103, Emergencias –911)

En este sentido resulta también importante señalar la responsabilidad de toda la sociedad y de las instituciones oficiales (Municipalidades, Comunas, Escuelas, Vialidad Provincial y Nacional, etcétera) para evitar el uso del fuego en cualquier tipo de actividad, sobre todo en los meses de mayor riesgo de incendios.

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