La tecnología está transformando el universo de las inversiones. Un ejemplo claro es la creciente expansión de la tokenización, un proceso que convierte activos físicos o intangibles -como una propiedad, una obra de arte o una botella de vino de colección- en unidades digitales llamadas tokens, los cuales pueden comprarse, venderse o intercambiarse a través de la tecnología blockchain.
Este nuevo modelo de inversión no solo ofrece seguridad y trazabilidad, sino que también democratiza el acceso a activos que antes estaban reservados para grandes capitales o instituciones financieras. “Incluso los activos que antes se consideraban difíciles de fraccionar están entrando en el radar de la tokenización”, señaló Yohann Libot, vocero de RealT, una de las plataformas líderes en este tipo de operaciones.
El concepto permite a los inversores adquirir fracciones de bienes considerados tradicionalmente inaccesibles: acciones de propiedades inmobiliarias en EEUU, factoring, derechos de autor musicales, autos clásicos, o incluso arte de alto valor. Con este enfoque, es posible recibir dividendos periódicos, como si se tratara de una inversión convencional, pero sin necesidad de poseer el objeto completo ni afrontar costos logísticos o de mantenimiento.
De lo exclusivo a lo accesible
La tokenización ha irrumpido con fuerza no solo en los mercados financieros tradicionales, sino también en espacios como el coleccionismo. Nuevos perfiles de inversores —jóvenes, entusiastas digitales o personas interesadas en diversificar su portafolio con activos alternativos— están apostando por adquirir fracciones de artículos de lujo.
"Este modelo ha abierto las puertas para que muchas personas participen en activos antes reservados a grandes inversores", agregó Libot. Además de ampliar las oportunidades de inversión, esta tecnología mejora la liquidez del mercado, ya que los tokens pueden comercializarse fácilmente en plataformas especializadas, con total transparencia gracias al respaldo de la blockchain.
Un futuro de activos tokenizados
El crecimiento de esta tendencia responde al avance de la tecnología blockchain y al creciente interés por activos que combinan valor económico con significado cultural. Desde RealT también destacaron que “la tokenización permite participar con montos accesibles, elimina intermediarios y brinda una forma innovadora de financiar proyectos”.
De cara al futuro, se espera que esta modalidad se expanda hacia nuevos sectores, como la propiedad intelectual, los bienes culturales y las obras arquitectónicas. A medida que los marcos regulatorios se ajusten y los inversores ganen confianza, la tokenización se perfila como una de las principales formas de inversión del siglo XXI, integrando tecnología, accesibilidad y nuevas posibilidades de pertenencia.