Perdió su casa en un incendio, viajó con la remera de Platense quemada y le regalaron otra en Santiago del Estero

Perdió su casa en un incendio, viajó con la remera de Platense quemada y le regalaron otra en Santiago del Estero

David Puccio lleva la camiseta que su hija le pidió salvar de las llamas en El Bolsón. "Desde el 30 de enero no me la saqué más", confesó.

SE FORJÓ UNA AMISTAD. David Puccio posa junto a Lautaro Cuello, quien le regaló una casaca nueva. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

Viajó más de 2200 kilómetros para estar en Santiago del Estero. No vino por turismo ni por trabajo. David Puccio llegó por Platense. Llegó por una final. Enfrentar a Huracán por el torneo Apertura es, para él, mucho más que un partido. Es una revancha contra todo lo que perdió. Una señal de que, incluso después del fuego, todavía se puede empezar de nuevo.

La camiseta que lleva puesta está rota, quemada, desgastada por el humo y el tiempo. No es una elección estética: es lo único que le quedó. En enero, un incendio forestal destruyó su casa en El Bolsón, Río Negro. Cuando evacuaban apurados, entre papeles, documentos y lo que pudieron salvar, su hija lo frenó. 

“Me dijo: ‘¡Papá, la remera!’. Y me la dio. En ese momento no pensé que íbamos a perder todo… Ya habíamos evacuado antes, por precaución. Pero esta vez fue distinto. Se quemó todo. Perdí cuatro camisetas, un short, un buzo… pero esta quedó. Desde el 30 de enero no me la saqué más. Me la puse ese día y no me la volví a sacar”, explicó Puccio. 

La camiseta quemada -la misma que sobrevivió entre las llamas- sigue con él. Pero ahora, además, lleva otra colgada al cuello. Está casi nueva. Se la regaló Lautaro Cuello, otro hincha del "Calamar", nacido en Saavedra y criado en Mar del Plata. Nunca se habían visto antes, pero no hizo falta más que una mirada.

“Le dije: ‘Si hoy salimos campeones, te regalo mi camiseta’. Pero después lo vi así, con la remera toda rota, y le dije: ‘No me importa si ganamos o no, yo sé que vamos a salir campeones igual, te la doy ahora’. Y se la di”, contó entre lágrimas Cuellos sobre la conexión con Puccio.

David no podía creerlo. “Me la dio como si fuéramos amigos de toda la vida. Así es Platense. Nos conocemos todos, aunque no nos hayamos visto nunca. Entre nosotros nos cuidamos”, aseguró. 

Delante del estadio Madre de Ciudades, muy cerca de la rotonda Chango Cárdenas, Puccio y otros fanáticos colgaron una bandera que decía: “Mallín Ahogado -El Bolsón- Río Negro”, con el dibujo de un calamar. Era su manera de decir: “Estamos acá. Sobrevivimos. Vinimos”.

“Vine porque un amigo, Marcelo, me pagó todo. Después se lo devuelvo con laburo. Todo a pulmón. Todo por Platense", expresó Puccio sobre la travesía.

David tiene 42 años. Nació en Buenos Aires, pero hace 14 que vive en Río Negro, donde nacieron sus tres hijos. Volvió a la Capital sólo tres veces desde entonces, siempre para ver al "Calamar".

“Mi viejo me hizo socio cuando nací. Él era de Platense. Después mis viejos se separaron, pero eso me quedó. Desde los 14 años hasta que me fui al sur, iba a todos lados con el club. Ahí hice un montón de amigos”, expresó Puccio.

El gran gesto de los fanáticos del "Calamar" con la situación que vivió Puccio

Claro; cuando el fuego arrasó su casa, esos amigos aparecieron. La Peña de Bariloche, hinchas de Mar del Plata y de otros lugares juntaron dinero para ayudarlo.

“Me mandaron $400.000 una vez, y después $700.000. Con eso empecé a levantar la casa. Estoy en eso todavía. Pero la verdad, se nos quemó todo”, se lamentó. 

En esa lucha, Platense fue más que un equipo. Fue sostén, identidad, refugio. Y hoy, estar en una final no es sólo fútbol: es un símbolo. Con el torso cubierto por la remera chamuscada y el cuello adornado con la nueva, sonríe. Está lejos de casa, pero más cerca que nunca de lo que lo define. Porque esta final, gane o no Platense, ya la está jugando desde hace mucho.

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