
En medio de un escándalo con pocos precedentes en el país, una de las juezas que tenía la tarea de llevar adelante las audiencias orales en el marco del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona fue apartada por los otros dos vocales del Tribunal luego de que se conociera que era parte de la producción de un documental en el que, aparentemente, se ventilarían los detalles del proceso una vez concluido. El proyecto audiovisual, que ya tenía nombre, estructura y guión, se iba a llamar “Justicia Divina” y tenía a la jueza Julieta Makintach como principal protagonista. Mañana al mediodía habrá una nueva audiencia para definir cómo seguirá el juicio. Tal vez una de los casos con los que puede haber una comparación es con lo que sucedió en el primer juicio por el crimen de la joven catamarqueña María Soledad Morales, que se suspendió en marzo de 1996 luego de que dos de los jueces, María Alejandra Azar y Juan Carlos Sampayo fueron grabados en directo en el momento justo en el que se hacen “una seña” cuando debían decidir sobre el pedido de falso testimonio sobre una testigo, Evangelina Sosa, que podía quedar presa. Los dos jueces del Tribunal fueron recusados por el abogado que representaba a los familiares de María Soledad Morales, Luis Segura. Tras la suspensión de las audiencias, la Justicia decidió que se continuara con el proceso, pero sin transmisión en la televisión y con otros vocales.
En el caso del juicio por la muerte de Maradona, y en medio de las acusaciones de los representantes del Ministerio Público Fiscal, de los querellantes y de los defensores, la jueza, miembro subrogante del Tribunal n° 3 de San Isidro, decidió defenderse: “No van a creer nada de lo que yo les diga. Yo lamento que no me crean. Yo no conocía este material, nunca vi este guión, no es mío, no me pertenece. Se habló de una entrevista. La última vez que yo hablé fue antes de entrar a este debate. Nunca más. No sé quiénes son las otras personas, sí mi amiga (quien fue la que la entrevistó)”, comenzó diciendo antes de hacer lugar al pedido de apartamiento. Y agregó: “Vino con esta idea, era de ella, no sé qué hizo. De verdad, desconocía todo este material. Y no hubo otro material fílmico más allá de esas primeras horas de audiencia. Espero que el juicio pueda seguir, aunque sea sin mí. Yo no conocía este material y estoy tan sorprendida como todos ustedes”.
El fiscal Patricio Ferrari solicitó la recusación de la jueza Makintach, tras exponer las pruebas que confirmaron su participación en el documental. El abogado Fernando Burlando, representante de Dalma y Giannina Maradona, fue el primero en sumarse al pedido de los fiscales. Luego, lo hizo Mario Baudry, representante de Dieguito Fernando Maradona, y el abogado de Diego Maradona Junior, Eduardo Ramírez. Los últimos querellantes en expedirse fueron Félix Linfante, que representa a Jana Maradona, y Pablo Jurado, abogado de las hermanas del exfutbolista, que también apoyaron la solicitud. Al pedido se sumaron todos los abogados defensores. El abogado de Leopoldo Luque, Julio Rivas aseguró que todas las pruebas expuestas ponen en riesgo la parcialidad de la magistrada. Él y Vadim Mischanchuk, defensor de la psiquiatra Agustina Cosachov, fueron los primeros defensores que adhirieron al pedido de apartamiento de Makintach. Luego se sumó Diego Olmedo, abogado del psicólogo Carlos Díaz, quien a su turno también cuestionó la prueba expuesta y dijo: “¿Qué puedo esperar de la jueza de Dios con mi cliente? ¿Lo iba a absolver o lo iba a condenar?“. Los abogados de la coordinadora de la prepaga, Nancy Forlini; del enfermero, Ricardo Almirón; de su jefe, Mariano Perroni; y del médico clínico, Pedro Di Spagna, también deslizaron que Makintach tenía un preconcepto de los imputados y adhirieron a su recusación. El documental iba a contar con seis capítulos de media hora e iba a estar traducido en varios idiomas.
Los otros dos jueces del caso también se apartaron de la situación de Makintach. El juez Maximiliano Savarino, que preside el juicio, aseveró. “Yo no autoricé ninguna filmación, no sabía que había una grabación oculta”, “Nosotros con la doctora Verónica Di Tommaso (l restante jueza) fuimos filmados por una cámara oculta el primer día ingresando al tribunal. Escuché falsedades de mí y de la doctora, como que sabíamos del documental por una cámara oculta. No tenemos nada que ver con la filmación documental que circula en todos los medios de comunicación”, dijo visiblemente enojado. Y continuó: “Yo no voy a permitir que nadie me denuncie falsamente. Al TOC Nº3 de San Isidro no entró nadie a filmar, no había nadie ahí. La doctora Makintach está en el Tribunal Nº2, no nos cruzamos. Yo no conozco a la señora que se presenta como amiga íntima de Makintach. Yo comparto con ella en esta causa, pero no en el día a día. No sé qué tenía un hermano, como ella no conoce a mis amigos de la infancia". Y finalizó: “No está en mis valores autorizar una cámara oculta porque no son los valores que me inculcaron. Cuando vine al tribunal un fin de semana siempre fue para trabajar”, señaló el juez, diferenciándose de su colega Makintach. Di Tommaso fue más escueta: “Yo no sabía que nos estaban filmando. Solo dos personas sabían: el que grababa y el que autorizaba. Y no fuimos ni Savarino ni yo”, dijo.
Tras esto, Makintach aceptó el pedido y se apartó del juicio. Luego, los otros dos jueces hicieron un cuarto intermedio y finalmente decidieron…. Al mismo tiempo ingresaron a la Legislatura porteña tres pedidos de juicio político para destituir a la jueza: uno de legisladores libertarios, otro de FR, PRO y UCR y un tercero de un abogado particular.
El jueves se sabrá si el juicio continúa con otro vocal o se suspende.